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Fuente: Instagram |
Los calentadores de bolsillo son muy populares en países fríos, pero casi desconocidos en España. Es posible que los hayas visto alguna vez en tiendas de Lidl o Aldi, ya que tienen muchos productos alemanes.
Como dicen en su publicidad: "no necesitan electricidad para funcionar, calientan al instante, duran más o menos una hora y son reutilizables". ¿Qué más se puede pedir?😀
Se trata de pequeños objetos que dentro llevan un líquido (disolución sobresaturada de acetato de sodio) y una pequeña chapa metálica. Para "ponerlo en funcionamiento" hay que ejercer una pequeña presión sobre la chapa. De esta manera la disolución cristaliza y, al ser un proceso exotérmico, libera calor que podemos utilizar para calentarnos.
Si queremos volver a usarlo, primero debemos pasarlo otra vez a estado líquido, lo que se consigue sumergiéndolo durante 10-15 minutos en agua caliente y dejando que se enfríe una vez ha pasado a ser un líquido. Es conveniente que el calentador no toque directamente las paredes del recipiente, por lo que es aconsejable poner un trapo (o similar) en el fondo del recipiente donde lo sumergimos para que vuelva al estado líquido.
En esta entrada de la Wikipedia podemos ampliar información.